martes, 15 de noviembre de 2011

Una forma de vida


          Hay infinidad de estilos de vida, cada ser humano que habita en la tierra se puede decir que tiene el suyo, propio e irrepetible. Podría empezar a poner ejemplos y de este modo rellenar un poco este ensayo, que realmente no tengo muy claro como voy a enfocar.

         Me parece importante, y sobre todo muy difícil, conseguir adoptar una filosofía de vida y ser fiel a los propios ideales. A veces parece como que nos faltan valores, como que nos faltan ganas de luchar por algo en lo que creemos, quizá pensemos muchas veces que la solución es dejarnos llevar y de este modo las cosas irán saliendo solas.

        Yo lo que creo es que hay que vivir una vida verdadera, en la que las cosas tengan un motivo, diseñar una serie de valores y ser fieles a ellos en cada momento, porque está claro que nos vamos a encontrar con situaciones difíciles y complicadas a lo largo del camino, pero la solución está en poder afrontarlas tratando de hacer el bien en cada momento, por insignificante que sea. Esta es una de las bases de la ética moral, tratar de aplicar la moral y por lo tanto el bien siempre.

       Personalmente, creo que es necesario atender a la circunstancia de cada uno, para poder entender así su realidad. De este modo podemos llegar a la verdad atendiendo a la opinión de los demás y teniéndola en cuenta, puesto que muchas veces pensamos que somos los únicos que habitamos en este mundo y que nuestra opinión y realidad es absoluta, cuando de ningún modo es así.

       Centrándonos un poco en el estilo de vida occidental, me parece preocupante la actitud que se está generalizando de consumismo, parece que es el típico tema del que se suele hablar, pero de verdad pienso que es una realidad que nos afecta a todos, tanto a la mayoría de compañeros como a mí desde que somos pequeños. Verdaderamente pienso que es algo que nos ha venido dado, por una parte de manera privilegiada respecto a otras personas, pero por otra parece que nos estamos sometiendo a nosotros mismos a creer que necesitamos comprar todo lo que tenemos. Mucho influye en esto, en mi opinión, las campañas comerciales y de publicidad que incitan el deseo de comprar. Sería fácil echarle la culpa a estos factores, pero la verdad es que nosotros somos los únicos culpables de caer en este juego y solo nosotros podemos cambiarlo.

        También parece que vivimos preocupados en todo momento, pendientes de cosas que tenemos por hacer, muchas veces sin darnos cuenta que saldrían mejor si nos tomásemos todo con más calma, parece que siempre estamos pendientes de hacer tantas cosas a la vez que realmente ni nos centramos, ni dedicamos todo el tiempo que deberíamos a cada una.

       Resultaría interesante plantearnos si este es el camino que queremos seguir a lo largo de nuestra vida, y si realmente la estamos viviendo de una manera real y a través de lo que consideramos valores o vamos tirando para ver qué viene después. Cada uno tiene su respuesta.


         Miguel de Arteche


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