martes, 15 de noviembre de 2011

Vida en familia

         
        Es complicado hacer referencia a un tema tan amplio como el que puede ser el concepto de familia, cada persona puede considerar familia a cosas completamente distintas. La mayoría de nosotros, consideramos familia a nuestros padres, hermanos, abuelos, primos.. Pero muchos pueden considerar familia a las personas con las que se relacionan a diario, o simplemente dadas sus circunstancias las personas con las que han crecido o les han ayudado.


        Muchos compañeros que estudian fuera de sus ciudades, alejados de sus familias, viven con gente (ya sea en colegio mayor o en piso de estudiantes), creo que todos pensamos en nuestros compañeros de piso como en una especie de segunda familia, puesto que al final son las personas con las que acabas pasando mucho tiempo, pasando por todas las situaciones diarias, momentos buenos y malos, estrés y risas, en definitiva prácticamente las 24 horas del día.

        Al final, acabas conociendo tan bien a tu compañero de piso que sabes todas las manías que tiene, los gustos, las inquietudes y todo lo posible por conocer. Somos en cierto modo como hermanos, pese a momentos de tensión inevitable por la convivencia del día a día, aprendes a aceptar las cosas que tiene cada uno (que tú también), y de este modo llegar a crear un vínculo de confianza que con poca gente vas a tener. Además de vivir contigo, estamos hablando de amigos, personas que te vas encontrando durante el camino y que han llegado para quedarse.

         Haciendo referencia esta vez a la verdadera familia, cuando eres más pequeño parece que estás en una continua lucha por cosas que ahora no darías ninguna importancia, estoy hablando de la típica época rebelde de los adolescentes que tanto hace sufrir a sus padres, porque entiendo que no es algo nada fácil de llevar, los chavales pueden llegar a ser auténticos “terremotos”. Por este motivo aplaudo la educación que me dieron mis padres, cortando por lo sano cualquier pequeño brote de rebeldía adolescente. Verdaderamente creo que la exhaustiva labor que llevaron a cabo me ha permitido realmente darme cuenta del valor de las cosas, de saber distinguir el bien y el mal, y al fin y al cabo de ser una persona con ciertos valores. Definitivamente me he dado cuenta que gracias a ellos ahora mismo me encuentro en el lugar en el que estoy, estudiando una carrera en una buena universidad, con grandes expectativas de futuro y mucha ilusión por madurar y crear una familia como la que tengo.

         No estoy hablando solo del apoyo económico que me han dado, que alcanza cifras en las que me da miedo pensar, me refiero más bien al ánimo y bondad que me han brindado, ayudándome a comprender la importancia del trabajo y de tratar de salir adelante ante cualquier problema. Me veo obligado de manera inevitable a hacer referencia al profundo cariño que tengo hacia estas personas, me he dado cuenta que es importante estar con ellos, contarles los problemas y sobre todo dejarte ayudar en los malos momentos, puesto que son las únicas personas que siempre te van a aconsejar mirando tu propio interés.

       ¿Quién no siente unas terribles ganas de volver a su casa el fin de semana? Es una maravillosa sensación el poder disfrutar de buena comida, de tu cama de siempre y sobre todo de sentirse arropado, aunque solo sean esos días que pasas en tu hogar de toda la vida, junto con tus padres y amigos de siempre, que por qué no iban a considerarse también tu familia. A lo largo de los años he comprendido la importancia que tiene establecer un vínculo verdadero con ellos, introducirlos en tu círculo de confianza y ayudarles cuando llegue el momento en que sean ellos los que lo necesiten.

        Por todo esto, da igual quienes sean las personas que consideramos familia, lo importante es tenerlos siempre presentes, puesto que si hemos decidido calificarlos como tal es porque han demostrado valerlo y merece la pena tenerlos cerca.

       Miguel de Arteche





No hay comentarios:

Publicar un comentario